La suavidad
del latón.
Una manija de líneas suaves y armónicas, en la que es posible apreciar el latón en su mejor versión. Una manija no es más que una palanca, fruto de la idea de Arquímedes, dotada de agarre y presencia visual. En un mundo en el que se busca la innovación tecnológica de forma casi obsesiva, la manija representa uno de los objetos de “evolución lenta”, cuya forma actual no es tan diferente de la de hace trescientos años.
